Con la llegada de la primavera el vino rosado reivindica más que nunca su espacio en nuestras mesas. Fresco, ágil y de gran versatilidad gastronómica, acompaña los días cálidos e infinidad de platos.
Probablemente sea a partir del 23 de Abril, cuando Sant Jordi llama a compartir esta festividad con nuestras personas queridas y con un vino o cava rosado (con la rosa y el libro, claro), cuando éste empieza a tomar protagonismo. Y es que junto al vino blanco, el rosado es la elección acertada para el verano y las primaveras y otoños cálidos a que nos estamos acostumbrando. Nos apetece tomar vinos frescos, con buena acideza y bajo grado alcohólico, que además nos llegan llenos de recuerdos a la sabrosa fruta de la temporada: fresas, cerezas, arándanos y frambuesas, cítricos y hierbas mediterráneas…
En Cellers La Vinya encontrarás un amplio abanico de vinos y espumosos rosados, de perfil diferente y de distintas denominaciones de origen. Desde el frescor de las crujientes burbujas de un cava, pasando por un rosado pálido para tomar a copas, hasta un vino rosado intenso con alma de tinto… Hay para todos los paladares y momentos. ¿Pero sabes cómo se elaboran? A continuación te lo explicamos.
Elaboración: variedades de uva tinta para los rosados
El vino rosado se elabora exclusivamente con variedades de uva tinta. No es, como a veces se cree erróneamente, un vino obtenido de la mezcla de variedades blancas y tintas.
La intensidad del color rosado del vino viene determinada por el tiempo de maceración del mosto de las uvas con las pieles, que acostumbra a ser de pocas horas. El pigmento de la piel de la uva se disuelve en el mosto aportándole tonalidad. Después de la maceración pelicular, el proceso de elaboración del vino rosado es muy similar al del vino blanco -fermentación, clarificación, estabilización…- pero con la dificultad añadida que son más delicados.
La elaboración con prensa o sangrado marcará el color del vino
El rosado se puede elaborar por sangrado o prensando las uvas para extraer el mosto. En el proceso por sangrado, las uvas se traspasan a depósitos sin pasar por la prensa. Con el desangrado se obtienen vinos de tonalidades más intensas, ya que el tiempo de maceración del mosto con las pieles es más largo. El vino base para los cavas o espumosos rosados sigue el mismo proceso.