Os presentamos: Giol Porrera, Priorat

Giol Porrera, “la pasión por Porrera y la autenticidad del legado de una agricultura de montaña familiar”.

Heredero de viticultores en el Priorat, el también viticultor Jonàs Macip decide emprender y empezar a elaborar sus propios vinos. Es así como en el 2018 nace la bodega familiar Giol Porrera, nombre del bisabuelo, Giol, y de la localidad de origen, en el aclamado Priorat. Son vinos elaborados a partir de uvas autóctonas de viñedos en propiedad que hasta la fecha cultivaban para vender a otras bodegas de la zona. Ahora seleccionan parte de la producción para elaborar sus vinos. “Cada botella de nuestra bodega es gracias a los años de esfuerzo de la familia como viticultores, y al sueño de llegar a tener un vino de nuestras viñas con características y singularidades de este pedacito del Priorat. Iniciamos este proyecto para tener una herramienta más para seguir defendiendo la explotación agraria familiar y el oficio de agricultor, orgullosos del patrimonio que representa”, explica Jonàs Masip.

Parte de este patrimonio son las variedades autóctonas que cultivan en dos parcelas, Mas d’en Caçador (Garnacha tinta y Cariñena) y Les Sentius (Garnacha blanca y Verdiell). Son viñas en vaso, que crecen en laderas escarpadas (“costers”) y suelos de pizarra (“llicorella”), el paisaje identitario de este territorio vinícola. Incluso han recuperado una variedad local prefiloxérica, casi extinta, denominada Verdiell. De ésta elaboran un vino blanco muy singular. Son vinos de pureza varietal y fiel expresión del terruño, elaborados de forma cuidadosa y teniendo en cuenta procesos arraigados a la tradición vitivinícola del Priorat. Son de agricultura ecológica y están amparados por la D.O.Q. Priorat. Su producción es muy limitada. A continuación os los presentamos.

Giol Porrera variedad autóctona 2020

Vino blanco de la variedad prefiloxérica verdiell de la finca Les Sentius, en Porrera. Sólo se elaboran 760 botellas (según añada puede variar).

Este vino es fruto de un largo proceso para recuperar esta variedad que originariamente se encontraba plantada entre otras variedades en viñas viejas.

La vendimia se inicia el 25 de agosto con un pequeño volumen de uva para hacer un pie de cuba con fermentación espontánea. Cuatro días después se vendimió el resto de la uva, prensada suavemente con los pies durante la fermentación. Prensado tres días más tarde, la fermentación sigue hasta el día 13 de septiembre a una temperatura controlada de 16 ºC.

El vino se desfanga y se deja a macerar con las lías finas en depósitos de acero inoxidable. Filtrado y embotellado el 12 de abril de 2021.

 

 

 

 

 

 

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Giol Porrera Garnacha Blanca 2020

Vino blanco de garnacha de la finca Les Sentius, en Porrera, Priorat. Es una garnacha blanca fresca, con notas marcadas a fruta blanca y florales.  Sólo se elaboran 500 botellas (según añada puede variar).

La vendimia es manual, con una cuidada selección de las uvas y prensado el 15 de septiembre de 2018. Desfangado tres días después y fermentado con adición de levaduras a una temperatura estabilizada a 20ºC durante 18 días. Filtrado y embotellado el 9 de marzo del 2019. No ha pasado por bota de roble.

Giol Porrera Garnatxa & Carinyena 2018

Vino tinto de garnacha tinta y cariñena de dos parcelas de zonas distintas: Mas d’en Caçador y Les Sentius, en Porrera, Priorat.

Elaborado con uvas en ladera, un 50% de garnacha tinta y otro 50% de cariñena de clones autóctonos del Priorat, cosechado con cuidada selección manual en la primera semana de octubre del 2018.

Fermentado en diferentes depósitos de inoxidable de 300, 500 y 1000 litros dependiendo de las variedades, orígenes y sistemas de fermentación. Una parte de la cariñena ha fermentado con los granos derrapados enteros, y otra con una pequeña proporción de uva con rapa y grandes suavemente rotos. La garnacha ha vinificado siguiendo un procedimiento de “grape entiéré”. Con remontajes suaves para remojar el sombrero y con control de temperatura se han hecho las diferentes fermentaciones espontáneas de este vino.

Después de 12 meses en barricas de roble francés, se ha hecho el ensamblaje y se ha embotellado el 27 de febrero de 2020.

El resultado de esta primera añada es un vino con fruta y buena entrada en boca, las características del terruño de Mas d’en Caçador están presentes, es un vino goloso y persistente donde se nota la delicadeza de las viñas de umbría del Priorat.