Gustave Lorentz

Gustave Lorentz, desde 1836

«El espíritu de nuestros vinos es el resultado de la relación íntima entre la variedad de uva, el terruño y el clima».

Gustave Lorentz apellida el nombre de una saga familiar vinculada a la tradición vinícola desde el 1836 en Bergheim, pueblo medieval de Alsacia, en Francia. A lo largo de las generaciones, se han esforzado por destacar la geología única de sus terruños en el corazón de los viñedos de esta región vinícola francesa, preservando la expresión singular de cada una de las variedades de uva. Actualmente liderado por Georges Lorentz, sexta generación de la saga familiar, la marca ostenta reconocido prestigio internacional.

La finca vinícola Gustave Lorentz abastece un patrimonio extraordinario. Cuenta con dos Grands Crus de 12,8 hectáreas: Altenberg de Bergheim (Gewurztraminer, Riesling and Pinot Gris) i Kanzlerberg (Pinot Gris y Riesling). Dispone de un total 33 hectáreas de viñedo de variedades locales cultivadas de forma orgánica. Cosechan Riesling, Gewurztraminer y Pinot Gris, variedades adaptadas al terruño y propicias para hacer grandes vinos de marcada personalidad. Cada viña, cada añada y cada parcela de viñedo se tratan con la mayor exigencia y expectativa desde la bodega: «El espíritu de nuestros vinos es el resultado de la relación íntima entre la variedad de uva, el terruño y el clima”, afirman.

Gustave Lorentz

Personalidad única y carácter alsaciano

La calidad de los vinos se mantiene añada tras añada. Los vinos de Gustave Lorentz se caracterizan por unas características comunes: frescor y elegancia, harmonía entre acidez, dulzor y alcohol; la pureza (vinos limpios y honestos, sin aditivos) y personalidad. Desde la bodega defienden que cada añada es única y los vinos deben reflejarla, además de las variedad y terruño.